Al hablar de la primera cita, Juana recordó también cómo es que llegaron a ese momento. “Yo volvía de Córdoba, de un evento de la marca de mi camioneta y mi vieja estaba comiendo con unos amigos en un restaurante, cerca de aeroparque. Me dice, ‘si estás cerca pasate’. Yo, ofuscadísima con la vida, media gruñona, les digo: ‘bueno, si alguien tiene a alguien para presentarme, bien, pero que dure más de tres meses’. Un amigo dice yo tengo alguien para presentarte, me muestra la foto y le digo, ‘no, no es mi perfil’. Y otro amigo me dice: ‘yo tengo alguien para presentarte pero no te voy a mostrar una foto’. Mi foto de WhatsApp era un elefante, no estaba yo en la foto. Dos semanas después me llega un mensaje: ‘Hola, mi nombre es Agustín y me llama ‘Agente X’. Él no sabía que me estaba escribiendo a mí. Nuestro amigo no le dijo a ninguno de los dos quién era el otro. El mundo es muy loco, este amigo que tenemos en común es amigo de la infancia de él y muy amigo de mi pequeño círculo, pero jamás me crucé con Agustín”.