Lionel Messi y Antonela Roccuzzo se hicieron esperar, pero salieron a saludar a la alfombra roja., Ella con el cabello suelto, con una alegría incontenible, y con la libreta de casamiento, de tapas rojas, en la mano. Él, con traje gris oscuro, chaleco y corbata gris plata, y una emoción que le nublaba la vista.
Se tomaron su tiempo, respondieron a los pedidos de fotógrafos y camarógrafos y, cuando les pidieron un beso, no dudaron, se fundieron en un abrazo y se dejaron llevar por el amor. Como dicen en el barrio, Leo le comió la boca a Anto, como dos adolescentes enamorados.