“Lo compartimos con toda la familia el Día de la Madre y fue un momento realmente hermoso. Los primeros tres meses fueron complicados. Tenía todos los síntomas típicos, como vómitos y mareos. Ese tiempo estuve en reposo, me quedaba en casa, y si salía no manejaba. Y para que la familia no se diera cuenta ponía en juego a la actriz y siempre me justificaba con una explicación distinta”, relató luego. Sobre su pareja, Juan Fortunato, manifestó: “Mi marido me cambió la vida. Antes me la pasaba trabajando, hasta que me pasó lo que me pasó (accidente automovilísitco en 2007, a la altura de Pehuajó) y quedé al borde de la muerte. Y después de estar muerta, ahora estoy dando vida. Todo lo que me pasa es un regalo de Dios. Lupe es un regalo de Dios. Me siento la Cenicienta, viviendo en un cuento de hadas”.Por último, detalló: “Estuve todos los meses dedicada a mi belleza. No hice ningún tipo de ejercicio, salvo el curso preparto. Ya está lista su habitación, porque le regalaron de todo. Incluso tengo el moisés al lado de mi cama porque estoy en condiciones de que llegue en cualquier momento. Cuando me patea, le hablo y pregunto qué le pasa. También le hago escuchar música y miro dibujitos. Eso sí, no quiero pensar en el parto para no ponerme ansiosa”.¡No falta nada!