Hace cuatro años que el hijo de Julián Weich, Jerónimo, decidió dejar sus estudios, el rugby y su casa para emprender una vida despojado de bienes materiales y partió rumbo al norte para recorrer América Latina.Luego de un tiempo, el joven decidió volver a su país pero mantuvo el estilo de vida adquirido en el viaje: trabaja haciendo malabares en las calles de Buenos Aires.El conductor televisivo filmó el momento en que desde su vehículo encontraba a su hijo justo en el semáforo donde él estaba detenido. "Mi hijo en la oficina jaja", escribió Julián junto a la grabación."¡Grande maestro!", fueron las palabras que grito Weich al pasar al lado de su hijo, quién no pudo contener una carcajada.