Subrayó: “Yo estaba muy tranquila con el parto. Sí lo hablé con Dani y le dije: 'Elijamos una partera que nos cope'. Así que estuve buscando en Internet, qué sé yo, cuestión que aparecen estas minas Erica y Caroline y yo las llamo. Vinieron a casa. Eran dos parteras típicas de Disney. Las clásicas parteras. Y ahí ya tuvimos una charla y me transmitieron la paz del universo. Pero medio que terminando la charla, cuando les pregunto por las clínicas ellas me cuentan que en realidad se dedican a los partos domiciliarios. Con Daniel nos miramos como 'No, bueno…'. Y nos empezaron a explicar que esto que lo otro…Nos metieron como en todo ese mambo y medio que nos empezamos a entusiasmar. Nos dio confianza”.Increíble lo que contó Barón a continuación: “Ya me quedaba como el mes de estar tranquila, esperando que naciera, viene Daniel y nos dice: 'Nos tenemos que ir'. Aparte era la Juventus, un club súper importante… Nada, lo quería acompañar. Tampoco lo quería hacer sentir culpable. Yo me quería morir. Le dije: 'Explicales que tu mujer está a punto de parir'. Bueno, nos dieron un changüí hasta el día siguiente a las 6 de la mañana”.Y cerró: “A Italia viajó con nosotros una de las parteras que nunca había viajado en avión en su vida ni había dejado a sus hijos. Así que fue todo el mundo: el marido de la partera, los hijos de la partera… Yo tenía fecha para el 8 de marzo, y terminé pariendo el 9. Creo que porque Daniel no estaba. Le dije a Morrison: 'No está papá, bancala'. Las parteras me habían dicho que si yo no estaba tranquila porque Daniel no estaba, no iba a parir. Y así fue. Llegó Daniel y empecé con trabajo de parto en mi casa”.Una historia de película.