“Qué fácil es no pensar en nadie. ¿O no familia Sanzo? Es muy fácil armar un boliche en un departamento y perjudicar a todas las familias de los pisos aledaños. Es verdaderamente fácil no pensar en la gente mayor, en los que llegaron a su casa cansados de trabajar, en los que tienen mascotas, en los chicos, en los que al día siguiente tienen que levantarse temprano y ustedes no los dejan dormir. Qué fácil es ignorar al otro, a ustedes les salió bárbaro. Ni siquiera atendían el teléfono o la puerta para dar una explicación.Lo difícil es lo otro, familia Sanzo. Lo difícil es entender que en un edificio la tolerancia al ruido los fines de semana no se aplica a hacer temblar las paredes y techos con la música a todo volumen hasta la madrugada, con un grupo de adolescentes a los gritos como si esto fuera una discoteca y no un departamento. Lo difícil es pensar por un momento en toda la gente que está esperando que se termine su fiestita para poder dormir y en que muchos se levantaran al día siguiente sin haber descansado porque a ustedes, familia Sanzo, les resultó muy fácil no pensar en nadie”.