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en Radio Con Vos

Ernesto Tenembaum despidió a Marcelo Zlotogwiazda y contó cómo fueron sus últimos días

El periodista, conductor y amigo de Zloto le hizo una importante despedida en su ciclo radial.
16 oct 2019, 09:37
marcelo zlotogwiazda ernesto tenembaum

Si uno nombra a Marcelo Zlotogwiazda es inevitable pensar tambien en Ernesto Tenembaum. Y, viceversa, si uno dice Tenembaum piensa en Zlotogwiazda. Los dos periodistas, además de ser íntimos amigos, se hicieron muy famosos en el viejo Día D de Jorge Lanata. Luego volaron solos y llegaron a conducir durante 10 años en la pantalla de TN el ciclo "Palabras más, palabras menos".

Es por eso que todo lo que contó hoy en radio Ernesto tiene un valor muy importante ante la noticia del fallecimiento de Zloto.

“Para nosotros es como si no hubiera otra noticia, a veces es tan fuerte una noticia que opaca las demás. La muerte de Zloto, a todos nosotros y en especial a mí, hace que todos los demás esté en sepia”, expresó Ernesto en su programa de Radio con Vos.

“Era una persona tenaz, comprometida, tan terco en lo que decidía, tan empacado que era impactante, tenía una convicción y no lo movías. Marcelo tenía un cáncer de colon que después se le expandió por el resto del cuerpo durante el último año. Él venía peleando, peleando bien y venía ganando. Había logrado un buen disfrute de la vida a punto tal que, le gustaba mucho correr, y tuvo una última carrera de 21 km el 1° de septiembre. Es decir que hace un mes Zloto corrió veintiún kilómetros, hay una foto hermosa en la que está llegando a la meta y dándole un beso a Estela. Esa convicción lo acompañó durante toda su vida y déjenme contarles cómo siguió”, relató Tenembaum.

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Hace 20 días, el último lunes de septiembre, tuvo una clara desmejoría y lo internaron con muchísimo dolor. Desde ese momento le empezaron a dar parches de morfina. Fue difícil, cuatro o cinco días hasta que lo externaron. Fui a su casa, hablamos de futbol y pavadas, y yo le pregunté cuándo se ilusionaba con que se iba a reincorporar al laburo y me dijo que el lunes, mirándome como si le hubiese hecho una pregunta marciana. Ese día no vino acá porque tuvo una consulta médica, pero a la noche fue a C5N. Yo que no participo de ese proyecto fui a comer una pizza con él antes del programa, con Emmanuel Álvarez Agis, que era su amigo, y Claudio Martínez (su productor histórico). Yo no lo miraba en tele hace rato, ese día puse para ver que no se cayera y se lo veía lúcido, aunque empecé a ver en las redes comentarios con preguntas sobre qué le pasaba a Zloto”, continuó el conductor de la FM 89.9.

“A partir de ahí, el marte, miércoles y jueves condujo acá. Las tres horas. Y se lo escuchaba bien, coherente y energético. El sábado hizo un cumpleaños que tuvo mucha intensidad porque en los que estuvimos ahí sobrevolaba que era una despedida, pero fue lleno de amor”, indicó.

“Me dijo que fue difícil antes y difícil después, pero se bancó un recorrido por una fábrica abandonada y la charla que dio. Estela, su mujer, me dijo que estuvo inteligente, atractivo y coherente. El lunes lo vi por última vez cuando estuve entre las siete y media y nueve menos cuarto en su casa. Estaba cansado y después no se levantó más. Habló del debate presidencial, le dijo que me gustó mi nota, que Del Caño estuvo mal y que Macri ‘era un hombre que no se dejó querer’. Me habló sobre si lo que vio en la industria de Comodoro Rivadavia era ensamblado o genuinamente industria nacional, y después de los mensajes que fue recibiendo: lo llamaron Juan Grabois y Esteban Bullrich para decirle que iban a rezar por él”, sostuvo.

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“Hay una parte de Marcelo que quizás la gente no conoce: cuando empezó la democracia hubo muchas cosas nuevas, y Marcelo inauguró algo nuevo en el periodismo, porque hasta ese momento el periodismo económico eran solo números. Pero él decía que hay personas que hacen cosas, empresarios que fugan capitales y no pagan impuestos, por ejemplo. Entonces empezó a hacer un periodismo que le ponía cara y cuerpo a cosas en donde no se hacía”, aseguró el amigo del fallecido.

“Se metía con las grandes empresas. En los 80’ hubo uno que empezó, pero él ni lo registraba eso. Le importaba un pito porque ya estaba pensando en la nota del día siguiente. Cuando yo se lo recordaba, hasta se olvidaba y me decía ‘¿habrá sido así o estar armando un mito?"’, explicó Ernesto, que luego comentó que su amigo fue citado por un autor canadiense gracias a un artículo que escribió en la revista El porteño.

“Tenía una admiración de él antes de hacerme amigo y que no se me fue ni un segundo hasta el día de su muerte”, concluyó.

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