El cantante compositor Juanse viene de agotar en La Plata, Mar del Plata y Rosario (último fin de semana) y espera ansioso su paso por calle Corrientes en el Teatro Gran Rex el 11 de noviembre próximo donde quedan muy pocas localidades.
El cantante compositor Juanse viene de agotar en La Plata, Mar del Plata y Rosario (último fin de semana) y espera ansioso su paso por calle Corrientes en el Teatro Gran Rex el 11 de noviembre próximo donde quedan muy pocas localidades.
Referente del rock nacional, charló largo y tendido con PrimiciasYa.com sobre la pandemia, su regreso a los escenarios, Los Ratones Paranoicos, su paso por Masterchef Celebrity y hasta de los nuevos sonidos que se impusieron como moda como el trap.
¿Cómo fue el reencuentro con la sala llena en Mar del Plata?
Es gradual. Te vas acostumbrando un poco a entrar en la frecuencia del vínculo, pero por otro lado se va actualizando nuestra normalidad, entre comillas. Más que yo tener la necesidad de ver al público es la sensación de que se vea que está todo reiniciándose, reseteándose. Que todos lo vean. La pandemia hizo de todo. Entre las cosas que hizo fue que empecemos a pensar más en nosotros, más de lo que ya pensábamos. Eso te saca del concepto de asamblea, de grupo, de reunión. Ahora veo que la gente está como si no hubiera ocurrido nada, inclusive algunos están más flacos que antes, algo que no estaba previsto (ironiza). Se va dando, pienso que se va a ir construyendo en la medida que vayamos recorriéndolo.
¿Cómo transitaste los primeros meses de encierro?
Tuvimos una primera parte excepcional, yo necesitaba estar mucho más tiempo en casa. Me vino increíble. Solamente no me resigné a no ir el domingo a la misa, cosa que gracias a Dios que un amigo, el Padre César, los domingos me traía la comunión, y más allá de eso no lo sufrí de esa manera. Es más, me dio positivo recién ahora, hace un mes, que tampoco tuve síntomas, fui porque le daba dudoso a mi esposa, me fui esa misma noche a la guardia del Hospital Alemán y tardó como dos o tres días en llegar el resultado, pero no me di cuenta para nada. No tuve ningún síntoma. Inclusive después de las dos dosis que tuve sentí ninguna manifestación. Yo hablo desde el aspecto que tuve una prevención inconsciente porque nosotros grabamos en 2018, Stéreoma, funcionó muy bien el disco, lo pudimos presentar, y yo tomé la decisión final de encargarme exclusivamente a mi trabajo solista, definitivo. No puedo decir que nunca va a volver a ocurrir nada, pero es como que mentalmente me había condicionado después de charlar mucho tiempo con Andrew Oldham, conversando nos dijimos que lo que estaba pasando es insólito, estamos hablando hace 5 ó 6 años de cuándo nos juntamos, él había venido un par de veces en Argentina y siempre estoy en contacto con él.
De todos modos en medio de la pandemia salió el documental en Netflix de Ratones Paranoicos y ese final épico en la punta del escenario donde te abrazás con Sarco dejó abierta la expectativa en los fanáticos de la banda…
Aprendí que nunca vas a poder decir absolutamente que no. Y nunca vas a poder estar aceptando todo. Es un internexo. La condición que puse para producir el documental fue no aparecer, aparecer en la parte documentalizada, pero no estar dando el testimonio hablando. Y eso funcionó muy bien, hablamos en off y le hicimos ahorrar mucho tiempo a la imagen. Al no estar vos, estás haciendo un off sobre imágenes de archivo que nosotros tenemos una enorme cantidad de material, yo creo que eso lo potenció. También empujados un poco por la película de Diego Levy, que ya había marcado un antecedente en plena normalidad. Con su documental hizo que lo fueran llamando de otros países y tuviera como una presencia testimonial de lo que iba anticipándose lo que pasó después. Ya con eso nosotros estábamos satisfecho, teníamos que buscar la forma de tener presencia de actividad y eso se logró a través de tres streaming que hicimos, uno con Ratones y dos solistas. Y después había que esperar qué pasaba.
¿Componés en tu casa y te grabás?
Yo sigo con mi grabador de periodista y mi cerebro, por ahora funciona y me acuerdo de lo que hago. A veces no. El teléfono ahora es una gran ayuda porque me grabo mandándome un mensaje a otro teléfono que tengo. Pero no me gusta darle forma de disco a los demos. Tenemos un equipo que hace que se pueda grabar en casa, de hecho hice muchas cosas, sobre todo con el hallazgo de este disco perdido que estaba en los archivos de Gustavo Gauvry, que habíamos grabado con Pappo. Había que estar frente a esos elementos apoyando porque también la compañía estuvo detrás de lo que era el disco. Todo el equipo de Sony Music fue impresionante, trabajamos como si no hubiera pandemia, vos pensá que estábamos trabajando desde nuestras casas que no es tan reconfortante, hay trabajos donde tiene que haber un contacto general. Poder juntarse y conversar qué estrategia o qué es lo mejor para el disco, pero bueno, se hizo, Fernando Szereszevsky (manager de Juanse), hizo una tarea directamente imposible que era mantener el establishment nuestro aceitado. Al no saber cuándo esto se iba a resolver teníamos que pensar qué formato le íbamos a dar hasta los ensayos.
En la sala, ¿le das libertad a cada músico para que trabaje sobre tu ida?
Voy con una idea. Es como la partitura. Mi viejo era compositor polifónico. Yo aprendí a leer pero hace mucho. Me quedó la disciplina de tener en la mente ciertos bosquejos de las partes. ¿Yo qué hago? Llego con la idea, la tiró en el ensayo, y cada uno le va a ir dando forma de acuerdo a su estilo, capacidad, y a la forma que ellos intuyen que podían recibir como escuchas. Es como que ya está compuesta la estructura. El rock and roll tiene la dificultad de estar sometido a las cuatro materias que te faltan, bueno, tenés estos cuatro tonos para trabajar de acá hasta que te mueras. Los podés hacer menor, mayor, disminuido, aumentado, lo que también es un desafío estar tanto tiempo al frente en el mundo del rock. Y creo que también hay como una especie de encantamiento hacia el futuro. Siempre lo básico termina retornando ya sea en la tecnología, la medicina, en todos lados, para volver a generar algo novedoso. En el caso nuestro para mi ya no es ninguna novedad porque puedo pasar por todos los estilos, van apareciendo, desaparecen, vuelven a aparecer, refritados, no hablo en detrimento de los otros estilos, sí hablo en que el rock and roll se mantuvo en una avenida donde a veces pueda haber mucha respuesta y otras veces esa respuesta no es el caudal que se da siempre en los orígenes. Después, mientras se haga con convicción no va a haber problema.
¿Qué te llevó a aceptar la propuesta de Masterchef Celebrity y qué te dejó tu paso por el programa?
Ese es broche de hojalata, de oro. Encima de todo lo que teníamos para poder darle contenido, yo le digo riqueza, todo cobró una especie de revitalización, llegó esta propuesta a la que yo le dije tres veces que no. La última fue la definitiva, pero cuando vinieron les di una oportunidad a todos, a mí también, que me explicaran todo en qué consistía, quiénes estaban, cómo era, y Fernando (su manager) hizo un trabajo muy importante porque fue quien finalmente me convenció. Me dijo: Nosotros tenemos de trabajar, vos tenés una forma de trabajar, tenés un estilo de vida, incompatible con el encierro y la inactividad. Y acá era parcialmente las dos cosas; era un encierro pero con actividad. Gracias a Dios que acepté porque conocí gente fabulosa, la pasé muy bien. Viste cuando uno dice que vivís de lo que te gusta y esas cosas, es un privilegio y un don que nos da la vida, en un contexto donde estamos trabajando de lo que nos gusta, acá fue como estar un pez en el mar. Mostré pequeños resabios de mi aspecto de rocker. Cuando logré ablandarme, interiorizar todo, comprender, porque se trata también de comprender, de aperturas, aceptar al prójimo, es hermoso lo que contiene el programa. Después están los berrinches, porque se te cae algo o porque creés que te están bombeando, es lo natural, como pasa en toda disciplina, lo bueno es que logramos formar un grupo de gente alucinante, de todos los que pasaron tengo un gran concepto. No creo que puedan opinar lo mismo de mí, pero yo de ellos me quedé con mucha alegría en el recuerdo de lo que vivimos y lo disfruté mucho.
¿Habías visto la primera edición del programa?
No es que lo ves, vos sentís cómo va funcionando todo y cuando empezás a encontrarle la vuelta no te querés ir nunca. Ya cuando empezaste a entender el juego y a entender a todos, tus compañeros, el jurado, ahí es como que te volvés a entusiasmar, sobre todo en el momento que estábamos viviendo, la gente encerrada en su casa y solo tenía esa posibilidad, y el hecho de haber sido hijo de artistas nosotros aprendimos la cuestión de representar y hacer que las cosas tengan un contenido y una dirección frente a la sociedad y tener nuestra vida personal de ser como somos en su totalidad. La cocina también está relacionada con eso que necesitás para liberarte. El acartonamiento se termina porque hay un tiempo para terminar las cosas y lo querés hacer bien. Así que anduvo perfecto.
¿Te seguís viendo con tus ex compañeros de programa?
Sí, nosotros nos estamos hablando entre todos porque este viernes nos íbamos a reunir, yo no podía, y aunque algunos no puedan ya se está arreglando la otra cuando puedan todos. Salvo Gastón (Dalmau) que vive en Estados Unidos, eventualmente Daniel Araoz que viaja por laburo, después Sol Pérez vive a la vuelta de casa, con Andrea Rincón tengo una excelente relación de amistad, Georgina Barbarossa, ni hablar, con todos tengo algo en común con ellos. Nos llevábamos muy bien con los que aparentemente te están examinando porque son tipos muy prestigiosos no acá sino en el mundo, estás frente a tipos que realmente te pueden decir ´ese huevo está mal´ y lo tenés que aceptar. Y tipos espectaculares, tanto German Martiguegui, Damián Betular y ni hablar del tano (Donato de Santis) que es un fenómeno. Bueno, todo eso sumado a Santiago del Moro que es un profesional de primer nivel, el equipo, todo estaba en orden, correcto, la pasamos muy bien. Muy exigente, porque en mi última semana ya no daba más porque también había retomado el tema de ensayos.
Ahora viene el cumpleaños número 70 de Charly García, ¿Estás hablando con él?
Lo que pasa que Charly ya estaba con su problema de salud desde hace mucho tiempo atrás. Yo estoy muy preocupado por Charly, te digo sinceramente, no lo puedo ver, no lo vemos, hay como una especie de círculo muy cerrado, algo que desnaturaliza cualquier cosa porque teníamos una relación, tenemos una relación absolutamente continua, permanente, aunque no lo vea sé cómo se siente, todo. Pero eso depende también mucho de él, de que tenga sus energías puestas en eso…
¿Depende de él o tiene un entorno medio cerrado como tenía Diego Maradona?
Contrariamente, yo no soy juez, pero con todas las cosas que uno pueda cuestionar, ha habido un entorno de contención, ha habido mucho sacrificio alrededor de él para que las cosas puedan salir bien. Hay que reconocer que no estamos hablando de una personalidad que se deje influenciar mucho o condicionar, todo depende, en este aspecto, en Charly, de la parte física. En la medida que él pueda recuperarse de su capacidad psicomotriz, inclusive, yo creo que vamos a tener le mismo Charly de siempre, como todos en una edad en que en algún momento algo se manifiesta, si no, seríamos eternos.
¿Caíste que se cumple un año de la muerte de Diego Maradona?
Hace 10 años que no lo veía. La última vez nos abrazamos en un gol de Boca en la cancha en un Boca-River, y de ahí no nos vimos nunca más. Fue emocionante porque estábamos los dos solos en el pasillo, de los palcos, no lo volví a ver más. Después supe lo que conocemos todos, sobre su deterioro gradual, yo creo que absolutamente insólito, el vigor físico y sus condiciones físicas son absolutamente fuera de lo común. Cómo hizo esa maquinaria para deteriorarse tan rápidamente y vertiginosamente, bueno eso, no tenemos la respuesta porque podés adjudicarlo a un montón de factores pero no tiene explicación.
¿Por qué se incorporaron Pablo Memi y Gabriel Carámbula a la banda?
Yo creo que va más allá del sonido. Primero tenemos a Juan Colonna que es un gran baterista, tenemos a Ponch que es parte de lo que es la historia de una banda como La 25 que tuvo su mejor momento cuando él era el bajista, y acá Ponch está como guitarrista porque también es un gran guitarrita, está Javier González, que es de Lunáticos, y está Gabriel Carámbula que está unido conmigo desde siempre. Nunca dejamos de estar juntos. Hemos estados distanciados en lo físico, pero bueno, Pablo, Gabi y yo hacemos una composición de elementos que se dan con el tiempo, esos vinos, y todos los ejemplos que se dan siempre sobre la madera que está guardada. Lo único que tenemos que hacer es sentarnos y hacer lo que hacemos siempre. Conocernos en plena adolescencia, nos formamos entre nosotros, nos fuimos intercambiando conocimientos, información, y eso nos ayudó. Yo aprendí a tocar mucho con Gabriel. Él se fue formando conmigo como compositor, en la voz, Pablo se hizo un experto, ese intervalo que tuvimos con Ratones él se tomó los días y los años para encarar una carrera de estudio, de conservatorio, en el bajo y la composición de la música para una película, lo que sea. Reconozco que empecé a desarrollar la parte técnica de la guitarra porque al quedar solo frente a lo que había que exponer porque tengo mucho del repertorio que hago es el que me hace estar hablando con vos, de Ratones, entonces fuimos moviendo fichas hasta después no pensamos en eso. Es natural. Hacemos lo que realmente tenemos la inquietud de hacer. No es soberbia. Estamos más libres, no necesitando tanto es sensación de éxito que buscás cuando sos adolescente. Nuestro éxito que yo lo llamo victoria consiste en vivir la mayor cantidad de tiempo posible haciendo lo que nos gusta. Que yo creo que esa sería la gran recompensa que tal vez no merezcamos pero que buscamos.
Y en los temas de Ratones Paranoicos, ¿Gabriel Carámbula no le aporta un poco más de peso a las líneas de guitarra?
Sí, Gabi es Gabi, es como tener un invitado. Lo que pasa es que la gente desconoce que nosotros nos formamos así. A mí es el guitarrista que más me gusta, por ejemplo, junto a Jeff Beck, a Jimmy Page, Keith Richards y Ronnie Wood. No hay diferencia. Hemos trabajado con todos ellos, con Richards, con Los Stones, con Beck, casualmente con Jeff Beck el show lo dimos con Gabriel, y esa plenitud que da estar con una persona tan importante es lo que debe sentir él a nivel profesional, después hay otro aspecto que somos como familiares, yo le adivino lo que hace en la casa sin verlo. Ya sé cuando come milanesa, come pollo, cuando se siente bien, cuando se siente mal, con todos los avatares que hay que superar en esta carrera hacia la desmolecularización aparece esa relación de familiaridad. Hay como cierto grado de cinismo en el comienzo. Hasta que se definen los roles, cada uno tiene que tener en su medida un buen plan de juego dentro del equipo para que la cosa funcione. En cambio ahora tocamos, y muchos me preguntan por qué dos formaciones, y porque sí, porque Gaby es una persona para los grandes espectáculos y no porque sea más importante que los otros sino porque es donde va a haber más público, donde va a haber más producción, y Javier que es un músico joven que lo tuve en brazos cuando era chico porque soy amigo de la familia desde siempre, es un gran guitarrista también. Lo que pasa es que Javier está más enfocado en esto que vos decías recién, en la transmisión de la versión haciendo reminiscente la original. Y eso nos está dando mucho resultado, tanto cuando aparece la sinfónica, le digo yo, cuando está la orquesta de cámara, la gente sale contenta. Yo creo que el objetivo nuestro en esto momento, nunca fue otro, pero hoy más que nunca, te imaginás cómo nos sorprende después de 40 años, ver las mismas reacciones que veíamos hace 20, ni hablar de cuando empezamos. Y eso es sorprendente.
¿Cómo ves las nuevas corrientes como el trap?
El otro día me puse a ver un documental sobre el rap. Realmente hay cosas que ya no existen más de ese estilo, sin embargo hay artistas del rap, o provenientes del rap que generaron nuevos estilos que están vigentes. Es muy interesante el documental de Quincy Jones, donde él dice ´yo empecé dirigiendo, era un pichi en un bar, donde fui a un lugar y conocí al arreglador y ahí me aceptó´. Estamos hablando a un tipo sobresaliente. Ese mismo Quincy Jones que arregló para los más grandes se fue recreando así mismo dentro de lo que era el concepto de lo que tenía en lo musical. Fue vigente en el año 30 y llegó a poner en la cima a tipos como Michael Jackson. Y ahora, que está muy mayor, vos pensás que está crenado, estás esperando qué va a sacar. Con esto te quiero decir que nosotros podemos siempre adaptarnos, aunque el estilo sea apretar un botón y un pibe pegue alaridos. Ya ocurrió con otros métodos porque no había la tecnología que está hoy. Yo no adjudico moda, hay cosas que están impuestas y es incuestionable, todos en algún momento hicimos marketing, nos lo impusieron, un marketing under, pero estábamos. Hablando con Keith Richards me dijo que lo que él hace son cargas de profundidad. Vos sabés que a él le cayó una bomba cuando estaba en la cuna y no explotó. Cayó al lado y siguió durmiendo. La mamá escuchó el ruido en el techo, estaba la cuna y la bomba que no había explotado, bueno ahí tenías un signo. Bueno pero él dice ´yo hago cargas de profundidad´. Mi carga de profundidad son mis discos solistas, ya dejé un montón en el mar, dice, van emergiendo y van ir explotando. Qué quiere decir eso, que él lo hace con conocimiento de causa todo. Y yo creo que eso es lo que tenemos, no somos sabios, la sabiduría con el tiempo es una necedad total.