A esta altura de los acontecimientos ya es muy difícil ponerse en la piel de Candelaria Tinelli, quien acaba de sorprender a todo el mundo con algo a los que pocos se atreven. La hija de Marcelo Tinelli se tatuó todo su cuello de negro y es realmente extraña la primera impresión que la imagen de la morocha deja en nuestras retinas al ver cómo luce tras haberse sometido -esta vez- de manera tan extrema a la tinta y la aguja.