Y siguió: "El año pasado venía muy bien, con bastante trabajo, mi hija hermosa y mi casa estaba más cálida que nunca. Resulta que un día me empiezo a sentir raro, hablaba con una "tonada" distinta. No era siempre, pero a veces aparecía. Bueno, llego a casa raro. Me lavo la cara con agua fría un rato largo. De hecho creo que nunca había estado tanto tiempo en la bacha lavándome la cara. Y cuando me incorporo al espejo, veo que yo era Pablo Layús"
"Me asusté muchísimo, no por Pablo Layus, que de hecho lo conozco y tengo la mejor, sino porque me llamó mucho la atención. Me di cuenta que en mi cerebro yo sentía que era Pablo Layús", dijo luego, abriendo hilo.
"Bueno la obsesión se agudizó y me trajo mil problemas laborales y familiares. Mi pareja quería dormir y yo le decía que tenía que hacer un móvil desde la casa de Claudia Ciardone en Carlos Paz. Dormía con la cuca puesta esperando que me avisen del control que estaba al aire. Fueron meses de tener el auto lleno de cubos de Intrusos, de hablar con tonada Cordobesa y no solo eso, gasté más de 100.000 pesos en merchandising de Belgrano de Córdoba. Fue un infierno, ese día mi pareja me pone un ultimátum. Me acuerdo que me fui a dormir solo a un hotel".
Para finalizar, narró un encuentro que habría empeorado su salud mental: "Fui de urgencia a ver al gran José Abadi, psiquiatra. Me habló de Eric Monti, el hombre que hace 12 años se crée Ambrosino. Lo llamé y nos juntamos. Fue una pésima decisión, yo pensé que me iba a servir de algo pero fue totalmente contraproducente. Me hice amigo. Mi mambo con Pablo Layus aumentó mal, y con Eric Monti jugabamos a los móviles desde Carlos Paz y él desde Mar del Plata. Estuve casi 3 meses sin ver a mi familia. Ahi toqué fondo y me interné en una granja de recuperación".
¡Locura total!