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tremenda denuncia

Acusan al periodista Guillermo Lobo y a su hermano por supuesto abuso sexual en la infancia

Nadia Dagnino contó que durante su niñez fue abusada por el periodista del Grupo Clarín. Después de 29 años de silencio se animó a hablar.
12 dic 2016, 05:30
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En una nota que salió publicada en el portal argentina.indymedia.org el pasado 29 de noviembre, Nadia Dagnino contó que fue abusada cuando era niña por el periodista del Grupo Clarín Guillermo Lobo.

Después de 29 años de silencio, Nadia se animó a hablar y contó detalles de cómo fue el calvario que vivió con el periodista y el hermano del mismo.

"La persona que me había abusado era Guillermo Lobo de Todo Noticias, creo que es donde trabaja este personaje ahora y su hermano Ramón Lobo", indicó la mujer en la entrevista.

Esta mujer denunció por escrito a Lobo y a su hermano y dio detalles en la nota: " Yo a los 16 años estaba yendo a la escuela y este personaje, que es la persona que me abusa cuando yo tenía 6 y 7 años, me seguía diciendo cosas en la calle como "que linda que estás", "qué buena que te pusiste ahora".

Esta mujer denunció por escrito a Lobo y a su hermano y dio detalles en la nota: " Yo a los 16 años estaba yendo a la escuela y este personaje, que es la persona que me abusa cuando yo tenía 6 y 7 años, me seguía diciendo cosas en la calle como "que linda que estás", "qué buena que te pusiste ahora".

"Es una persona pública, sí. Él y su hermano también. Fueron los dos que generaron los abusos", indicó la mujer, quien luego se animó a develar el nombre del periodista del Trece y TN y su hermano como los supuestos autores del hecho.

"Es muy difícil tomar una decisión para denunciar y para seguir adelante la denuncia. Personalmente la hice hace muy poco. Después de 29 años pude denunciar, después de 29 años pude hablar con mi familia, decirles bueno, me pasó esto con tal persona. Me costó muchísimo porque a esta persona yo la veía prácticamente todos los días de mi vida cuando era adolescente y niña. Tenía terror, un terror inmenso que no podía hablar. Conté quien era y siempre se ponía en juego la palabra mía. (...) Siempre se corren esas cosas con los niños y es lo que tenemos que empezar a trabajar como adultos y como sociedad. Empezar a escuchar a los niños si nos dicen "tal persona me hizo tal cosa" y no los estamos escuchando. No por nada se llega a los 29 años para denunciar", añadió.

"Eso fue un tema. Nos presentamos con mi abogada, Gabriela Conder, en la fiscalía de Género de San Isidro y lo hicimos con la denuncia escrita. Nos rechazan el pedido de ingresar la denuncia porque nos marcan el tiempo de la prescripción. Y quien me lo marca en ese momento es la secretaria de la fiscal, sin siquiera leerla, sin tener en cuenta ninguna parte. Pudimos igual denunciar porque fuimos a la Procuraduría General de San Isidro. Automáticamente, a los tres días nos llaman, nos hacen ratificar la denuncia y la ampliación de la misma. Ahí me encuentro con una situación muy violenta de la fiscal. Estaba totalmente enojada porque yo había puesto donde trabajaba este personaje y quien era. Como visibilizando el espacio laboral, lo que no tuvo nunca en cuenta es que es una persona, no sólo pública sino que está en contacto con niños y me empezó a presionar sobre si yo quería plata...", relató.

"Me pude defender bastante bien, me costó un montón pero pude explicarle a la fiscal que lo único que yo quería era que este personaje sea investigado porque nadie puede poner en la reincidencia del abusador y del violador, que este tipo no esté perpetrando en la vida de otros niños en este momento. En febrero de 2016 me encuentro con una niña que jugaba conmigo, ahora adulta, la contacto por messenger, le cuento lo que me había pasado a mí sin decir el nombre de este personaje y ella también me relata su abuso por parte de este tipo. Entonces ahí me corrí de ese espacio, la persona que es abusada, violentada sexualmente, piensa que es a una lo que le pasa. Cuando una se corre, deja de ser víctima y empieza a pensar en el otro. Esto no es un problema que me está pasando a mí sino que es un problema social y somos muy pocas las que podemos llegar, no sólo a hablarlo, sino a denunciarlo. Es algo muy difícil, es un camino muy duro", sentenció.


     

 

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