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Tragedia del Chapecoense: la revelación que causa indignación en el mundo

El comandante general de la Fuerza Aérea de Bolivia aseguró que el avión estrellado fue inspeccionado por última vez en el 2014 para iniciar operaciones, y desde entonces no pasó por nuevos ajustes técnicos.
4 dic 2016, 15:59
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El avión de la aerolínea Lamia que se estrelló con 77 personas, entre ellas el equipo del Chapecoense, tuvo su única y última revisión oficial en 2014, informó el comandante general de la Fuerza Aérea de Bolivia, Celier Aparicio Arispe.

Según dijo, hace dos años no se producían ajustes técnicos oficiales a la aeronave de la aerolínea, cuyo permiso de operación fue suspendido por las autoridades bolivianas tras la muerte de 71 personas en la tragedia en Colombia.

Aparicio detalló que la nave fue inspeccionada cuando llegó al país en 2014 para iniciar operaciones, y desde entonces no pasó por nuevos ajustes técnicos.

"Ese año se realizó la inspección requerida con manuales aprobados y certificados del fabricante. La Dirección General de Aeronáutica Civil le dio el permiso de operatividad", explicó al diario El Deber.

No obstante, Aparicio no destacó que Lamia haya realizado otra inspección en otro taller no oficial. Por su parte, la empresa no se ha pronunciado al respecto. Por lo cual, la Fuerza Aérea desconoce si la aeronave tuvo algún tipo de mantenimiento.

Fallas en otros aviones

Por otro lado, el comandante informó que Lamia posee dos aviones más en hangares, que fueron revisados para poder comenzar a operar. Las autoridades inspeccionaron la nave y hallaron fallas en un repuesto y la empresa no pagó por los trabajos por lo cual decidieron demandar a la compañía, aseguró.

"Tienen cuentas que saldar. En septiembre le pedimos a Lamia que retiren sus aviones, pero hicieron caso omiso y como consecuencia le iniciamos un juicio para que nos paguen", destacó.

La versión de la empresa es que los dos aviones pertenecen a Lamia Aruba, una empresa que no opera en Bolivia y que no está relacionada a la empresa, dijo el jefe de mantenimiento de Lamia, Antonio Bedregal.

     

 

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