Además, Fantino contó que guardó las sus producciones íntimas durante varios años y lo hizo bajo siete llaves, hasta que, consciente del peligro que podría tener seguir conservándolas, decidió destruirlas.
“Estaba recién casado con Miriam, ella no lo sabía. Fui donde los tenía guardados, en una caja de acero inoxidable, saqué las filmaciones, hice un pozo en la tierra en mi casa y solo, como expiando viejos espíritus, les tiré querosene y las prendí fuego”, explicó.
Por último, señaló: “Se hizo todo una baba negra, tapé todo con tierra y enterré mi pasado hot”.