"Fui alcohólico, pero hace 23 años que no pruebo una gota. Ni alcohol ni cocaína. En un recital hace poco agarré un vasito que tenía champagne y lo vomité. Le tengo tanta repulsión al gusto que me juré no probar nunca más una gota. Si se llama alcohólico al que desayuna y se acuesta tomando alcohol, entonces lo fui. Mi problema era conmigo mismo: no fui agresivo ni me expresó contra los demás", aseguró a la publicación. "Hice el clic cuando vi la tristeza en los ojos de mis padres. Por eso dejé. Caí de joven y hoy puedo hablarle a mi hijo con la experiencia que mis papás no tenían. Cocaína, marihuana, éxtasis, LSD. Menos picarme y la ayahuasca, probé todas las drogas que puedas conocer", confesó más tarde.¡Felicitaciones, Mono!