Y agregó: “Tuve mucho miedo de morirme. Después de la caída no sentía las piernas, no me podía levantar del piso. Era tanto el shock que todavía preguntaba dónde estaban los que habían entrado al centro de estética”.Sandra Dillon, que estaba presente durante la charla, interrumpió la entrevista: “Si vos ves desde la altura que cayó mi hija… Sin duda que recibió una gran ayuda de Dios. Te digo que me siento llena de gratitud, ahora cada día me levanto feliz, dejé de estar preocupada por pavadas, a veces me pregunto qué estaría haciendo si el final hubiera sido trágico (se quiebra, irrumpe en un fuerte llanto). No sabés la tristeza y la desesperación que sentí en los momentos más críticos, fue de terror. Al Pirovano le estoy tan agradecida, lo llamo ‘El Palacio de la Salud’, desde las enfermeras, hasta los doctores, a todos les agradezco tanto. También a mis amigas y clientes famosos, vino a visitarla Celina Rucci, Coco Silly (muy amigo de Ornella), Luciana Salazar… Todos ofrecieron lo que yo necesitara. Estuve sin trabajar, así que me apoyaron tanto afectiva como económicamente. Me transformé en mamá y enfermera de mi hija. No me moví de su lado ni un día, siempre dándole energía”, completa.“Todavía no asimilo tanto lo que me pasó. Obviamente que es un festejo cumplir años, si bien aún estoy mucho tiempo en cama y ando con la silla de ruedas, ¡estoy tan feliz de estar viva! Uno de los deseos, cuando apagué las velitas, fue recuperarme pronto y otro es volver a caminar lo antes posible. ¡Quiero caminar ya! Recuperar la independencia para bañarme e ir al baño. Tengo muchas ganas de retomar mis prácticas de yoga, andar en bici, meterme a la pile, ir a trabajar, actuar en alguna obra de teatro, volver a mi vida normal”, concluyó Ornella.