Fernando le cocina alguno de sus platos vegetarianos favoritos, como “sándwich de verduras grilladas con guacamole”, mientras ella lee alguna de las páginas de El país bajo mi piel, de Gioconda Belli, siguiendo con una de sus manos sobre la panza los movimientos de Juana. Bien cerca del sillón donde está recostada Marcela, descansa la guitarra con la que el futuro papá le tocará temas de Pearl Jam. Por allí andan sus perros Moro y Oliva, siempre listos para comer y escaparse, una de las travesuras más repetidas. “Dejé un poco de hacer salidas, como cuando iba al teatro todas las semanas. Priorizamos nuestro tiempo juntos. Creo que es un lindo momento para conectarse”, dice la también empresaria de Klooster’s, su marca de calzado, carteras y accesorios de cuero sintético.La noticia la confirmaron recién cuando se cumplieron los noventa días. ¿Y el segundo silencio? El nombre de la pequeña era un misterio... hasta ahora.–¿Cómo se va a llamar la niña?–Juana. Un nombre que nos gusta a los dos: es simple y personal.Revista Gente