"Recibí un montón de SMS de amigos diciéndome que estaban felices porque yo estuviera todavía aquí. Que yo no hubiera muerto también. Es fácil quedarte enganchada y me siento afortunada por haber sido lo suficientemente fuerte para haber salido", explicó la cantante, de 26. Es más, "sentí que ella se había convertido en un personaje de ella misma. Su muerte casi no se sentía real porque su vida se había vivo en los periódicos hasta casi el final. Amy quería una vida real. Quería ir al pub y no podía", contó.Winehouse estuvo ligada a los excesos durante muchos años de su carrera. Es por ello que los medios y la opinión pública creyeron que su muerte el pasado 23 de julio se había debido al consumo de drogas y alcohol. Sin embargo, la autopsia de la artista del soul identificó la presencia de poco alcohol en su organismo y la nula existencia de drogas ilegales. www.a24.com