Primicias
Primicias

Las lágrimas y el orgullo de la mejor hinchada del mundo

Unos 30 mil argentinos vivieron intensamente la final del Mundial. La tristeza fue tanta como el aliento y el aplausos para los 23 gladiadores que dieron todo por la camiseta argentina. Fotos.
13 jul 2014, 20:02
 Embed      

La hinchada argentina resultó la mejor del Mundial, por su número de seguidores pese a la distancia, el ingenio y el aliento constante, pero no le sirvió de consuelo porque la tristeza y la desilusión la embargó sobremanera en el cierre del alargue de la final con la conquista y el posterior título alemán.

Hubo 74.738 en el estadio Maracaná de Río de Janeiro para vivir in situ la definición del certamen ecuménico de Brasil 2014, y entre ellos unos 30 mil argentinos que vibraron a lo largo de todo el partido y pese a no ser mayoría como en otras ocasiones, igualmente se las arreglaron para sobresalir del resto. Empero, a minutos de que se terminará el alargue y llegara una posible definición por penales, la conquista de Mario Goetze cayó como un balde de agua fría para los `albicelestes`, que vieron como se derrumbaba la ilusión de ganar la tercera Copa del Mundo. La tristeza, en este caso para los argentinos, no tuvo fin, porque se fue por tierra el sueño que forjaron hace más de un mes y del que estuvieron a pocos minutos de poder dirimir al menos desde los 12 pasos. Les quedó el hecho de haber demostrado ser la mejor hinchada del mundo, pero eso al final tuvo sabor a poco. En la previa y a lo largo del partido, el duelo en las tribunas estuvo bien centrado entre los simpatizantes `albicelestes` y los brasileños, con cánticos de un lado y silbidos del otro casi inmediatos, al tiempo que los germanos aprovecharon en los momentos libres para tratar de imponer algún aliento a su equipo. No hubo variedad en el repertorio de los locales, pues gritaron fuerte apenas el "Pentacampeao" y el tema de los "Mil gols" de Pelé y que descalifica a Diego Maradona, al tiempo que se volcaron claramente a favor de Alemania, emocionándose con cada acción de peligro y hasta festajando con un "ole" el toqueteo de balón. En cambio, los `albicelestes` ofrecieron un menú muy amplio de canciones, como es habitual, desde las más antiguas como "vamos, vamos, Argentina" o el "oh, Argentina vamos, ponga huevos, que ganamos", hasta el hit de moda "Brasil decimé que se siente", pasando por el "si no gritamos todos parecemos brasileros". Asimismo, se burlaron una y otra vez de la categórica goleada sufrida por los locales ante Alemania en las semifinales al entonar "oh, se comieron siete, les rompieron, el oj..." y contaron una y otra vez hasta siete, en referencia al 7-1 que padecieron. Empero, esta vez los argentinos, mayoritariamente ubicados en la cabecera en la que atajó Sergio Romero en el primer tiempo, también cantaron contra el rival de turno, con un "hay que saltar, hay que saltar, el que no salta, es alemán" o el también un tanto más agresivo "a estos pu... les tenemos que ganar". Los alemanes, por su parte, en la "popular" detrás del otro arco, tuvieron un importante número de simpatizantes, pero aguardaron a los momentos de silencio en la "batalla" de los sudamericanos para gritar por su país acompañando siempre con palmas. De todas maneras, si bien no fueron amplia mayoría como en casi todos los partidos disputados anteriormente en el Mundial, igualmente los argentinos se las ingeniaron para ser los protagonistas y para vivir la final a flor de piel. Vibraron con el gol que erró mano a mano Gonzalo Higuaín en el primer tiempo e igualmente lo alentaron con el "olé, olé, Pipa, Pipa", y también celebraron a rabiar la conquista del mismo `9`, aunque luego los embargó la desilusión cuando la jugada fue anulada por posicición adelantada. También en la segunda etapa saltaron de sus asientos con la definición de Lionel Messi que se fue pegada al palo, y se rindieron una vez más a sus pies a modo de alabanza cada vez que se acercó a patear un córner o pasó cerca de las tribunas, y le cantaron el "de de la mano" ya tan popular en este certamen. En el suplementario, hubo más nerviosismo que otra cosa, y los seguidores argentinos le pidieron a sus jugadores que dejen todo en la cancha para tratar de ser campeones, porque "esta hinchada", la fiel parcialidad `albiceleste`, "se merecía" el título. Hubo más y más canciones, todas distintas, y hasta entonaron la introducción del himno nacional para confirmar, por si acaso hacía falta, que la argentina fue la mejor hinchada de todo el Mundial. Empero, cuando todo parecía que se iba a ir a los penales, llegó el gol de Mario Goetze y el sueño de los argentinos se derrumbó. Alemanes y sobre todo brasileños festejaron a rabiar la conquista y el título, y a los `albicelestes` solo los invadió la desilusión y la tristeza porque se estuvo cerca de ganar la Copa. Casi nadie se movió para asistir a la premiación, amén de algunos pequeños cruces en las tribunas que motivaron la intervención de la seguridad. Aplaudieron a Messi cuando recibió el `Balón de Oro` como mejor jugador del Mundial y cuando los jugadores recibieron las medallas por el tercer subcampeonato `albiceleste`. Y tras el festejo alemán y mientras se desataba un increíble show de fuegos artificiales, los hinchas despidieron al equipo igualmente con aplausos y aliento, pero ya los rostros, de todos, vale decir de jugadores y simpatizantes, denotaron la profunda tristeza que albergó sus corazones. Los argentinos fueron los mejores hinchas del Mundial, pero no pudieron coronar la fiesta con el título que soñaban.