¿Qué te dejó esta segunda visita a Intrusos?Estoy más tranquila, quizás la otra visita fue más dura. Hace tres años estaba guardando esto para que no salga a la luz la verdad, por Federico. Lo hablé con él y le dije que iba a hacer algo por mí. Quiero limpiar mi imagen. Me trataron de cualquier cosa: mentirosa, fabulera y hasta dicen que hago esto para vender entradas. Nunca nombré la obra en donde trabajo, ni dije las funciones. Vengo acá para que de una vez por todas esto se aclare y se termine. Yo creo que la familia Bal, especialmente Santiago Bal, tendría que dejarme en paz. Si él me deja en paz, se terminan los mails y las escuchas. Que arme una nueva vida, como lo estoy haciendo yo. Que cada uno salga a laburar y se defienda como pueda. Yo mantengo a mi hijo y a mi mamá. Él se tiene que mantener él solo. No es muy caro mantenerlo, si es que no se va de excesos. Debería trabajar.
¿Cómo creés que afecta este lío en el público?No afecta en el público, las mujeres me dicen “qué aguante, cómo pudiste aguantar tres años sin decir la verdad”. Y fue por Federico. Pero yo hablé con él, es un hombre. Está muy triste. Si le estoy haciendo un daño a su corazón, lo lamento mucho. Pero yo me estoy limpiando mi corazón. No puedo vivir callando la verdad. Si alguno me juzga, está en esa persona. Por primera vez pienso en mí.