Todos, al ser adolescentes, tenemos un referente masculino o femenino para imitar, seguir sus pasos y creerse que nos transformamos en ese ídolo/a aunque sea por unos minutos.
Todos, al ser adolescentes, tenemos un referente masculino o femenino para imitar, seguir sus pasos y creerse que nos transformamos en ese ídolo/a aunque sea por unos minutos.