Gran Hermano ya tiene un ganador decretado y premiado, pero por momentos, el juego parece no haber terminado. Al menos eso se pudo observar durante algunos pasajes del Debate de este viernes, donde el escenario que tenía a Matías Schrank como figura principal se convirtió en un ring en el que abundaron los cruces, las chicanas, las ironías y más de una frase que bordeó el mal gusto.