Te prometo ser el custodio amoroso de tu cuerpo voluptuoso.
Te prometo penetrar con mis sentidos en tus sitios más prohibidos:
los espacios más guardados donde nadie haya llegado.
Borraré con mi boca tus lunares; hurgaré entre todos tus lugares;
volcaré el torrente de mis mares en la cuenca de tu boca que a mí tanto me provoca.
Te prometo ser quien beba de tu algibe quien te mime, quien te cuide.
Te prometo que te haré sentir más plena que la misma luna llena.
Te prometo invadirte la conciencia, regalarte mi experiencia y que sientas mi tibieza de los pies a la cabeza.
Viviré para darte mi ternura, buscaré contagiarte mi locura.
Lograré penetrar en la espesura de ese bosque centinela que a mí tanto me desvela.
Te prometo y te digo con certeza: si no cumplo mi promesa de la mano del Eterno que me hunda en el Infierno.
Perfumada y bella como una flor te abrías a la vida fresca y rosal... Era tu despertar al tiempo del amor como el sol que ilumina a la mañana... Eras un hábito de juventud y yo, yo era el hombre elegido a quien ofrecías tu casta virtud... Ese tesoro por años protegido... Llegaste hasta mí buscando encontrar la sabiduría que da la experiencia... para que le enseñe darte la mar a tu pura y calida inocencia... y ahí frente a frente yo el otoño, tu el ardiente verano tropical Cuando tus manos desatan el moño y sueltan los botones de tu delantal.... A tus pies caía el uniforme escolar dejando al descubierto tu esbelta figura... tu hermoso cuerpo de rosado nácar, la imagen perfecta de la arquitectura... mis manos, temblorosas acariciaron el mimbre de tu seda virginal... mis labios sedientos recorrieron los senderos de tu figura sensual... caían hacia atrás tus largos cabellos, mis brazos te sujetaban dulcemente... trémulos tus pechos tan bellos se ofrecían resueltos y calientes... se juntaron nuestros cuerpos... y callaron...recorría mi sangre un intenso temblor... tu sexo y mi sexo por fin se encontraron... estábamos vivos...había nacido el amor.